La arquitectura bioclimática hace referencia a diseñar los inmuebles en base al clima local, con la intención de proporcionar confort térmico aprovechando fuentes ambientales, así como una integración estética con el entorno.
Esta idea en sí no puede decirse que sea algo nuevo, ya que, aunque no se conozca el concepto de arquitectura bioclimática, la arquitectura tradicional ya tendía a adaptarse al clima. Por eso en diferentes partes del mundo los edificios son distintos, dependiendo de las características climáticas y ecosistema de cada lugar.
La arquitectura bioclimática tiene como principal objetivo crear edificios sostenibles, que sean cómodos y respetuosos tanto para sus inquilinos como para el medio ambiente. Para lograrlo hace uso de diferentes técnicas constructivas y materiales, y aprovecha los recursos naturales locales del lugar en el que se esté construyendo el inmueble para maximizar las ventajas de este tipo de arquitectura y minimizar las consecuencias de estas edificaciones con respecto al medio ambiente.
Este tipo de arquitectura aporta innumerables ventajas tanto para las empresas constructoras como para los clientes que van a adquirir estas propiedades. Algunas de estas ventajas son:
Algunos de los factores que más en cuenta se tienen a la hora de diseñar un inmueble con esta técnica son:
El programa Harvard T.H. Chan School of Public Health plantea 9 fundamentos indispensables para que un edificio sea saludable, que son la calidad del aire, la ventilación, la luz, el ruido, la calidad del agua, la seguridad, el polvo y las plagas, la hidratación y la temperatura.
Algunos ejemplos en España que detalla la consultora inmobiliaria CBRE en un artículo sobre arquitectura bioclimática son el Palacio de congresos de Vitoria-Gasteiz, rehabilitado en 2011 para reducir su consumo energético en un 60 % o la iniciativa Ecópolis Plaza de Rivas Vaciamadrid, entre muchos otros.
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